'¿Quién es?'
Me quedé mirando hacia la figura blanca y giré la cabeza al llamado de Zion.
"Sasha está esperando en el carruaje"
"Estaré yendo"
"SÃ, señorita"
Karentina caminó junto a Zion.
Entre los edificios antiguos, sólo el templo deslumbraba como si quisiera demostrar su apariencia noble, un sacerdote salió rápido como si conociera su tÃtulo familiar.
"¿Perteneces al ducado de Lorraine?"
"SÃ"
"Por favor, venga por aquÃ"
"Recibà su carta"
Mientras lo siguió, parecÃa ser un sacerdote aprendiz. En el templo un fuerte aroma de incienso ocupaba todo el lugar, el piso estaba hecho por un camino de piedras y los pilares simétricos parecÃa que fueron medidos con una regla uno por uno.
Ha pasado un tiempo desde que me llamó la atención una decoración de valor artÃstico.
El sacerdote, que querÃa decir 'Soy la persona más alta de aqui' levantó su cabeza mientras se acercaba hacia mi con pasos seguros.
"Bienvenida"
Me quité la capucha para saludarlo y una de las cejas del sacerdote se levantó.
"Parece que vino otra persona en lugar del duque"
No vino nadie de reemplazo, pero Karentina sonrió amablemente al sacerdote que murmuraba en un tono bajo.
"¿Hola?"
"Soy Karentina Lorraine"
"Oh, Lorraine... ¿¡En serio!?"
"Bueno, bueno... ¡La loca princesa!"
El sacerdote que miraba de arriba a abajo a Karentina, la miraba con un rostro lleno de preguntas. De repente volvió a sus sentidos, cambió rápidamente su expresión a una más presentable y la saludó nuevamente.
"Un gusto conocerla, soy el Viceobispo Viano, vamos a mi rectorÃa, he preparado un refrigerio"
"Gracias por su invitación, pero me gustarÃa darle un vistazo rápido a las lágrimas de la Santa"
"Ha, ha, eres una señorita con una actitud muy refrescante, por favor, sÃgame por aquÃ"
Caminó junto al viceobispo que sonreÃa como si tuviera algo planeado.
"Este es un lugar extraordinario donde se guardan las sagradas reliquias más preciadas del templo"
Como dijo el asistente del obispo, el interior deslumbraba de belleza divina, la luz que rebosaba del techo circular era cálida y colorida.
Mientras caminaba un poco más, un cuadro transparente de vidrio que se encontraba por las sombras llamó su atención.
La joya blanca que estaba colocada sobre la tela de terciopelo rojo que simbolizaba el templo, parecÃa un producto en venta por su exhibición.
"Estas son las lágrimas de la Santa, después de haberse incendiado el orfanato, se encontraron en las cenizas. Es una gema dada por Dios, ¿no es tan hermosa?"
El viceobispo tenÃa una sonrisa en su rostro.
Karentina se acercó un poco más para mirar de cerca la gema, era pequeño y redondo que parecÃa igual a una piedra.
'Esto no es una piedra de alma'
No era una piedra mágica o una gema, era una piedra normal.
[Maestra, acaso ¿esto no es una piedra normal?]
'¿Lo mismo pensó Zion?'
Viendo a Zion asentir, dejé salir un pequeño respiro.
'Necesitamos tratar la enfermedad de Stella...'
A diferencia de Karentina que estaba en problemas, el viceobispo Viano, frotó su barbilla con una expresión orgullosa.
"Gracias a la misteriosa gema, las donaciones han incrementado significativamente y elevaron el prestigio del templo, haha"
Los ojos del viceobispo brillaban como si estuviera satisfecho con sacar dinero con rocas normales.
Quienes donen más de 30 latts tienen la oportunidad de tocar la joya, pero especialmente por la princesa, tendrá la oportunidad de tocar la gema solo por 20 latts.
Karentina estallo de carcajadas asombrada por su actitud indulgente.
"Gracias por sus palabras, pero ya terminé de ver"
"¿Si...?"
Él se sorprendió pero luego mordió sus labios con arrepentimiento.
"¿Hay algún sacerdote que contenga mayor poder divino que eso?"
El viceobispo retrocedió ante el tono incómodo.
"He escuchado que el distinguido invitado que visitó el castillo del duque está postrado en cama, aún asà él sacerdote que envié tiene el mayor poder divino en el templo del norte"
"Oh, está bien"
"¿Por qué no intenta utilizar la gema de curación, podrÃa funcionar? Las donaciones se recibirÃan un dÃa más tarde"
Karentina sacudió su cabeza mientras miraba al viceobispo, quien parecÃa hacer negocios con sus manos juntas.
"No, yo creo que no necesito la gema, entonces solo volveré por ahora-"
¡Pum!.
Un objeto cayó fuertemente detrás de mà y di la vuelta.
El niño que se encontraba frente al templo habÃa derribado las sillas de decoración y estaba agarrado de la mano del sacerdote, respirando agitadamente.
"¡No pienses en ganar dinero utilizando al sacerdote Leah!"
"Hey ¡de nuevo ese niño arrogante!"
Él señalaba a un niño que parecÃa no tener más de trece años, luego empezó a agarrarse la nuca con una expresión de preocupación.
"¡Déjenme salir de esto!"
El niño trataba de sacar sus manos del aprendiz que lo agarraba fuertemente y luchaba por escapar.
"Sigo siendo un niño, pero me están tratando muy severo"
"Déjenlo ir"
El viceobispo Viano, con el ceño fruncido hizo un gesto con la barbilla y el sacerdote soltó al niño, él le sacó la lengua al vicario y salió corriendo por la puerta, Viano arrugó aún más su ceño al ver esto.
"Esto es una molestia para el templo, están molestos conmigo por el incendio que sucedió en su orfanato, se ven escandalosos"
"Un accidente..."
"Nosotros gastamos un montón de dinero en construir un centro médico, pero también se incendió, a pesar de ello, perdimos un sacerdote hábil por lo que también nuestra pérdida es grande"
Karentina se sintió amargada al ver al viceobispo hacer una señal de cruz con voz nostálgica, no le gustó que llamarán al sacerdote una pérdida aún cuando salvó a un niño.
"¿Puedo darle una mirada al centro médico?"
"Claro, de todos modos no está prohibido mirar las cenizas que dejaron"
Karentina que habÃa llegado al orfanato, se sintió depresiva al ver que no habÃa nada más que cenizas, le dolÃa el corazón porque las cenizas que se colocaron en su rostro parecÃa reflejar lo que a ella le ocurrió ese dÃa.
'Esto se ve tan mal'
"¿Hola?"
El niño que sostenÃa sus rodillas juntas se asomó lentamente.
'Oh dios mio'
El niño parecÃa una rama de un árbol totalmente delgada, como si no fue capaz de lavarse o comer apropiadamente.
"Me llamo Karentina, ¿cuál es el tuyo?"
El niño que la miraba a punto de llorar, miró al suelo.
"..."
Karentina le entregó un pañuelo al niño que seguÃa callado, la ignoró y sacudió su cuerpo al tacto de ella. Karentina que habÃa estado mirando tÃmidamente al niño, murmuró viendo el lugar quemado.
"Escuché que el sacerdote Leah salvó a un niño, ¿es verdad?"
Los ojos del niño se posaron en ella.
"He escuchado que era una persona muy amable"
".... Él era una persona demasiado amable"
Karentina se sintió triste al ver que los ojos de la niña estaban llenos de lágrimas"
"¿Por qué viniste aquÃ?"
"Cuando vine al templo a pedir ayuda escuché las noticias tarde"
El niño respondió sarcásticamente con ojos llenos de incredulidad.
"No creas en las personas del templo"
"¿Hay alguna razón para no creerles?"
Después de una pausa, el niño de repente habló.
"Nadie sabe acerca del sacerdote Leah.... Él no me salvó"
"¿De qué estás hablando? ¿Estuviste cuando sucedió el incendio?"
Las lágrimas empezaron a caer en su rostro.
"... SÃ... Todo fue debido a mÃ, por mÃ"
El niño que trataba de respirar, respondió tristemente.
"Vi que empezaba a incendiarse y fui a decirle a la gente, sin embargo, el archidiácono me echó porque estaba preparándose para el servicio y el sacerdote no me creyó, porque soy un problema para ellos, entonces..."
"No puede ser posible"
"Llegué tarde y el sacerdote Leah ya habÃa fallecido"
Gentilmente empecé a darle palmadas en su espalda porque seguÃa llorando y hablando con tristeza.
"Es un triste accidente pero no significa que sea tu culpa, y si te lastimas de esa manera, el sacerdote Leah estaria triste por ello"
"¿De verdad?"
"Bueno, si fuera un sacerdote, me gustarÃa que tuvieras una vida llena de felicidad"
El niño que estaba sollozando, se frotó bruscamente las esquinas de sus ojos.
"Entonces deja de llorar"
Limpió las lágrimas del niño con su pañuelo.
'De cualquier forma me siento incómoda'
Se levantó de su asiento cuando un pensamiento cruzó su mente.
Gruñir.
Al mismo tiempo, el rostro de él se enrojeció ante el alto sonido que vino de su estómago.
"¿En donde vives?... ¿Tus padres trabajan en la mina de piedras mágicas?"
El niño que tapaba su estómago con ambas manos, susurró con un tono bajo.
"Mis padres murieron cuando era niño y yo vivo con algunos niños en los barrios bajos al lado del templo"
"¿Ghetto?"
Karentina frunció el ceño, se sentÃa preocupada por si él tenÃa lugar donde dormir cuando el clima se ponÃa helado.
"SÃ, allà se encuentran bastantes niños abandonados, cuando el centro médico este abierto, todos pensamos ir a vivir allá..."
"..."
Esta novela parecÃa estar determinada no sólo a empobrecer a los protagonistas masculinos, sino también crear un mundo infeliz.
Karentina giro su cabeza hacia Zion.
"Zion, ¿no te habÃa dado algo antes?"
"SÃ, maestra"
Zion sacó una pesada bolsa.
"¿Conoces si hay alguna panaderÃa cerca?"
"Si, hay algunas por aquÃ"
"¿Te gustarÃa ir y comprar algunos panes con el señor que tiene una bata? Y compartirlo con los demás niños"
"¡Pe-pero!"
"Está bien, este dinero debió ser pagado en su totalidad, yo resolveré el problema del centro médico"
"¿Si?"
Karentina acarició gentilmente la cabeza del niño, su cuerpo parecÃa estar relajado y el niño tranquilamente se apartó.
"Ve niño"
El niño que habÃa estado siguiendo a Zion retrocedió y se acercó a Karentina para susurrarle.
"Hermana, mi nombre es Eddie"
El niño que parecÃa avergonzado rápidamente caminó detrás de Zion.
"Eddie...."
Espera un minuto, ¿Eddie?.
Karentina se puso rÃgida, incapaz de bajar la mano con la que despidió al niño.
En la mitad de la novela, el nombre de un noble que se convirtió en el duque de Horton y toma control del norte es Eddie.

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